miércoles, 20 de diciembre de 2017

La austeridad como herramienta del movimiento obreo

Desde el inicio de la crisis económica en 2008, en España y otros países del sur de Europa se ha aplicado una política de austeridad, que ha afectado duramente contra los grupos sociales más desfavorecidos, y de la cual no hemos salido, pues el país sigue sujeto a un estricto control por parte de la UE. Por ello, los sectores progresistas y el resto de la izquierda política ha defendido el fin de la austeridad y la aplicación de medidas expansivas (más gasto público) como forma de recuperar el bienestar que las clases medias y trabajadoras han perdido. Aunque, como ocurre en Grecia y Portugal, esto es muy difícil dentro de una organización como la UE y en la zona euro.

Enrico Berlinguer (1922-1984)
Sin embargo, hay quien desde la izquierda propugna la austeridad como una forma de superación del capitalismo, al basarse este último en la acumulación de riqueza producida gracias al consumo (y despilfarro) de los ciudadanos. Aquí es donde yo me posiciono, porque las políticas expansivas propias del keynesianismo tienen como objetivo fomentar el gasto de los ciudadanos para restaurar el sistema económico tal como era antes de la crisis. Keynes, como miembro que era miembro del Partido Liberal británico, no tenía como objetivo proteger a la clase trabajadora, sino la de mantener el statu quo social y económico que había sido puesto en cuestión en los años 30, a raíz de la Gran Depresión. Por lo tanto, las políticas keynesianas, en ningún caso, busca el fin del sistema capitalista.

Con todo esto, resulta indispensable recordar un discurso pronunciado por el que fuera secretario general del PCI (Partido Comunista Italiano), Enrico Berlinguer, en 1977. En él se definía la austeridad como:
"el medio de impugnar desde la raíz y sentar las bases de la superación de un sistema que ha entrado en una crisis estructural y de fondo, no coyuntural, y cuyas características distintivas son el derroche y el desaprovechamiento, la exaltación de los particularismos y de los individualismos más exacerbados, del consumismo más desenfrenado." (mientrastanto)

Tales palabras, dichas hace 40 años, son completamente aplicables a la actual situación en la que el Europa se encuentra. Y no solo en Europa, sino que son igualmente acertadas ante el grave problema social y ecológico al que se enfrenta la humanidad en su conjunto. El ahorro no debe entenderse como una forma de egoísmo propia del actual sistema capitalista, sino como una herramienta para salvaguardar nuestros recursos para que puedan ser disfrutados por las próximas generaciones. El capitalismo, representado por las grandes corporativas, necesita del consumo desenfrenado para seguir existiendo, creando necesidades artificiales y aprovechándose de trabajadores y consumidores.

En conclusión, es la hora de transformar el sistema económico y social vigente por otro basado en los principios de la austeridad, la transparencia, la sencillez, y en la autonomía tanto personal como de los diferentes sectores de la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario