miércoles, 7 de febrero de 2018

Ciudadanos, el problema de "ser de centro"

A raíz de las pasadas elecciones catalanas, en las que Ciudadanos consiguió la mayoría de escaños, aunque perdió al no poder gobernar, el partido de Albert Rivera parece haber ganado mayor popularidad entre los españoles, convirtiéndose, según las encuestas, en rival directo de un PP en crisis. Tampoco es la primera vez que los "naranjas" aparecen como opción ganadora en unas hipotéticas elecciones generales, pues en 2015 también parecía que este partido podía ganarlas tras su buen resultado en las elecciones catalanas, pero que, finalmente, acabó en decepción. Aún quedan mas de dos años para las siguientes elecciones generales (si no se adelantan, cosa que parece improbable porque debilitaría al PP, afectado por la corrupción), así que todo puede cambiar.

Los partidos de centro, por lo general, no suelen ser muy exitosos, en cuanto a votos se refiere. Su problema radica en que, al intentar mantener posturas moderadas y "caer bien a todo el mundo", cosa que es imposible, a la hora de tomar decisiones transcendentales puede provocar que una parte de sus apoyos se alejen al considerarlos que se están moviendo a la derecha o a la izquierda. Ya lo sufrió en España la UCD, que, si bien fue el partido mejor preparado para acometer la delicada transición a la democracia por sus posturas moderadas, cuando este partido y su líder, Adolfo Suárez, tuvieron que gobernar, el partido se descompuso por las políticas que aplicó. Ejemplo de ello fue la aprobación de la Ley del Divorcio, a la cual se opuso el ala más conservadora de la UCD. Finalmente, Suárez dimitió, y su sucesor, Calvo-Sotelo, siguió aplicando políticas polémicas como la adhesión a la OTAN. En las elecciones de 1982, la UCD pasó de un 35% de los votos a menos del 7%, una de las mayores caídas que ha tenido un partido político gobernante en Europa.

La sucesora de UCD, Centro Democrático y Social, fundada y liderada por Adolfo Suárez, no tuvo tanto éxito. Como le ocurrió al anterior partido, CDS tuvo que mojarse, pero esta vez para apoyar gobiernos en las autonomías. El apoyo de los centristas a gobiernos de Alianza Popular (el antecesor del PP) hizo que el partido quedara, a ojos de la opinión pública, a la derecha. Si a esto le sumamos los problemas internos que tuvo, y que hicieron dimitir a Suárez, CDS se hundiría en las generales de 1993, perdiendo su presencia parlamentaria, e iniciando una travesía por el desierto hasta su disolución en 2006.

Cierto es que el contexto de C's es diferente del que tuvo CDS. Para empezar, CDS tuvo que enfrentarse al ascenso de Aznar como líder de los populares y su pretensión de hacer del refundado PP un partido de centro-derecha homologable a los demás partidos europeos, eliminando su pasado  post-franquista, del que Fraga no pudo deshacerse. Ahora es el PP quien tiene que enfrentarse a un partido cuyo líder ha conseguido seducir a parte de sus votantes potenciales, abanderando la oposición al nacionalismo catalán, y con un líder joven y moderno. Pero este ascenso puede acabar si C's acaba tomando responsabilidades de gobierno, y como hizo UCD y CDS, opta por tomar posturas muy radicales, acabando así con su credibilidad como partido de centro.

jueves, 1 de febrero de 2018

Nación y Estado

A consecuencia del asunto del Procés en Catalunya, que parece no acabar nunca, han surgido (o mejor dicho, renacido) propuestas a favor de recentralizar el Estado o, en su defecto, disminuir las competencias de las Comunidades Autónomas. En primer lugar, decir que el problema no se va a resolver recentralizando, e incluso esto podría ser contraproducente en el sentido de que los nacionalistas catalanes lo usarían a su favor para justificarse a sí mismos como "liberadores del Estado opresor". Y hay que decir que los Estados europeos han tenido en las últimas décadas procesos descentralizadores, incluida la centralista Francia desde la época del presidente Mitterrand en los 80.  

Con esto, hay quienes defienden la "sagrada unidad" de la nación española, que para ellos se remonta a tiempos antiguos, remontándose, incluso, a la época de Viriato. Para empezar, el término Hispania no era el equivalente a la España actual, sino que hacía referencia a toda la península Ibérica y Baleares, en la que, además, convivían diversos pueblos junto a los romanos. Durante la Edad Media, la península se dividió en diferentes reinos cristianos (León, Castilla, Navarra, Corona de Aragón y Portugal) que buscaban reconquistar los territorios bajo poder islámico, porque se consideraban herederos del anterior reino visigodo de Toledo. Muchos indican que el nacimiento de España surge de la unión entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, aunque
esto no es del todo cierto, ya que los diferentes reinos que componían sus Coronas (una Corona es un conjunto de reinos bajo la soberanía de un mismo monarca) eran, en la práctica, completamente autónomos, y contaban con sus Cortes y leyes propias. Esto se daba especialmente en la Corona de Aragón, donde sus cuatro reinos (Aragón, Catalunya, Valencia y Mallorca) contaban con sus propias Cortes hasta la llegada de los Borbones en el siglo XVIII. Pero, incluso con la unión dinástica, había territorios fuera de su control, porque Navarra no se uniría a la Corona de Castilla hasta 1512, y Canarias aun estaba a medio conquistar. 

También hay que destacar que Catalunya llegó a ser una república independiente durante unos días en enero de 1641, para pasar a soberanía francesa. Cuando se dieron cuenta de que Francia era aún más centralista que la Monarquía Hispánica, volvió, aunque el Rosellón permanecería en Francia hasta hoy. Sin embargo, este asunto es discutido.

Con esto, voy a entrar en el asunto central de esta entrada, que viene a ser la diferencia entre "nación" y "Estado". Leyendo acerca del asunto, he llegado a la conclusión de que la "nación" es un término subjetivo, y por lo tanto, ambiguo. Por un lado, existe la nación política, que definiría al sujeto sobre el cual reside el poder del Estado, y que surgió con la Revolución Francesa y el liberalismo. La nación sería el pueblo o, más correctamente, el conjunto de ciudadanos con derechos políticos (voto), y estaría íntimamente ligado al concepto de democracia. Por otra parte, está la nación cultural, una comunidad de personas con características culturales comunes y diferenciadas del resto, y que coincide con la definición de nación de los movimientos independentistas catalanes.

En cuanto al "Estado", este es un concepto mucho mas empírico, y se define como un conjunto de instituciones políticas con autoridad para implementar normas sobre un determinado territorio y población, a través de unas instituciones, así como representarlo en el exterior. 

Espero que les sea aclarador.